¿Qué es un aval, cuáles son sus funciones y cuántos tipos hay?
En el mundo de las finanzas y los negocios, existe una figura clave que puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso: el aval.
Si estás buscando acceder a financiamiento, cerrar un trato importante o simplemente comprender mejor el panorama financiero, es crucial conocer a fondo este concepto.
Por ello, en este artículo, exploraremos qué es un aval, sus funciones y tipos. Descubre cómo esta herramienta impulsa tus ambiciones financieras con seguridad y respaldo.
¿Qué es un aval? Un ejemplo para entenderlo
Un aval es una garantía que se utiliza en el ámbito financiero para respaldar el cumplimiento de una obligación económica. Es decir, una promesa de pago en caso de que la persona que adquiere una deuda no pueda cumplir con sus compromisos financieros.
Además, el aval se presenta como una garantía adicional para el prestamista, ya que en caso de incumplimiento por parte del deudor principal, el avalista se compromete a cumplir con las obligaciones establecidas en el contrato.
"De esta manera, el avalista asume la responsabilidad de pagar la deuda en caso de que el deudor principal no pueda hacerlo."
Por ejemplo, si Marta no puede cumplir con una obligación, un tercero se compromete a hacerlo en su lugar. Cabe destacar que el respaldo financiero puede ser tanto personal como bancario, donde una persona física o jurídica se compromete a pagar en representación del avalado si este no cumple con sus obligaciones financieras1.
Funciones de un aval
Es importante destacar que asumir el rol de aval implica asumir un riesgo significativo, ya que el aval se compromete a responder con su patrimonio si el deudor principal incumple.
Por lo tanto, antes de aceptar ser un aval, es crucial evaluar cuidadosamente la capacidad de pago del deudor principal y los riesgos involucrados. Estas son sus funciones principales:
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Garantizar el cumplimiento de una obligación financiera: La función primordial del aval es actuar como garante del pago de una deuda u obligación financiera asumida por un deudor principal. El aval se compromete a responder con su patrimonio en caso de que el deudor principal incumpla con sus obligaciones de pago.
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Facilitar el acceso a financiamiento: Al asumir el riesgo de responder por la deuda, el aval reduce la percepción de riesgo para el acreedor (entidad financiera, prestamista, etc.). Esto facilita la aprobación de préstamos o créditos hipotecarios, especialmente cuando el deudor principal no cumple con todos los requisitos exigidos.
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Mejorar las condiciones del préstamo: Contar con un aval solvente y con buena capacidad de pago puede permitir al deudor principal acceder a mejores condiciones en el préstamo, como tasas de interés más bajas, plazos de pago más largos o montos de préstamo más altos.
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Respaldar operaciones comerciales: En el ámbito empresarial, los avales se utilizan para respaldar operaciones comerciales, como contratos, licitaciones, o como garantía de cumplimiento de obligaciones entre empresas.
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Asumir la deuda en caso de incumplimiento: Si el deudor principal incumple con sus obligaciones de pago, el aval se convierte en el responsable de asumir y cancelar la deuda pendiente ante el acreedor. Esto puede implicar el embargo de sus bienes o patrimonio.
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Reforzar la confianza y seguridad: La presencia de un aval solvente y confiable refuerza la confianza y seguridad del acreedor, ya que cuenta con un respaldo adicional en caso de impago por parte del deudor principal.
Tipos de avales y sus responsabilidades
Dado lo anterior, existen diferentes tipos de avales, cada uno con sus características y requisitos específicos. Dependiendo del contexto y tus necesidades, deberás contar con uno u otro. Los más comunes son:
Aval personal:
Un aval personal es una forma de garantía en la que una persona física, como un familiar, se compromete a pagar en caso de que la persona que firmó el contrato no cumpla con sus obligaciones financieras.
El aval personal implica que un tercero asume la responsabilidad de pagar la deuda si el deudor principal no lo hace, brindando así seguridad adicional al acreedor.
Es decir, un familiar, amistad o conocido de confianza pueden ser un aval personal.
Aval subsidiario:
Un aval subsidiario es una garantía que se ofrece al arrendador para asegurar el pago de las rentas en caso de que el arrendatario no las abone. Este tipo de aval se activa únicamente cuando el arrendatario deja de cumplir con sus obligaciones financieras, brindando así una capa adicional de seguridad al propietario.
Un ejemplo de aval subsidiario sería cuando una persona alquila un apartamento y, como requisito del contrato de arrendamiento, se solicita un aval subsidiario.
En este caso, el avalista se compromete a pagar las rentas en caso de que el inquilino principal no lo haga. Si el inquilino incumple con sus obligaciones de pago, el propietario puede recurrir al aval subsidiario para garantizar el cobro de las rentas pendientes.
Aval bancario:
Un aval bancario es una operación de garantía por la que el avalista (banco) se compromete a responder del cumplimiento de una obligación del avalado. Es una forma de asegurar el pago de un préstamo o un crédito, en caso de que el deudor no lo haga.
El aval bancario implica que el banco asume la responsabilidad de pagar la deuda si el deudor principal no lo hace, brindando así seguridad adicional al acreedor.
Aunque, también existen diferentes tipos de avales bancarios, como el aval económico, en el que el avalista y el avalado entregarán una cierta cantidad de dinero al beneficiario en un determinado momento.
Aval solidario:
Un aval solidario es una figura en la que una persona física o jurídica actúa como garantía de pago en un contrato de préstamo, hipoteca u otra obligación financiera.
La característica principal de este tipo de aval es que, en caso de incumplimiento de las obligaciones de pago por parte del deudor principal, el prestamista puede reclamar directamente al avalista para el pago.
El aval solidario implica un compromiso financiero en el que el avalista se compromete a respaldar y asumir la responsabilidad de la deuda en caso de que el deudor principal no cumpla con sus obligaciones financieras.
Aval técnico:
Un aval técnico es un tipo de garantía que refuerza la obligación de cumplir con un servicio o prestación que no implica el desembolso de dinero. A diferencia de otros tipos de avales, el aval técnico se centra en el cumplimiento de obligaciones contractuales no económicas, como la realización de un servicio específico.
Este tipo de aval es útil para evitar la inmovilización del capital que normalmente se destinaría a la constitución en efectivo de las fianzas mientras dure el contrato.
El aval técnico no implica una obligación directa para la entidad que lo concede, pero responde del incumplimiento de los compromisos establecidos en el contrato.
Importancia del aval en el ámbito financiero
El aval juega un papel fundamental en el ámbito financiero, ya que proporciona seguridad y confianza a las partes involucradas en una transacción económica.
Para el prestamista, el aval representa una garantía adicional de que la deuda será pagada, lo que reduce el riesgo de pérdida. Esto puede traducirse en mejores condiciones de préstamo, como tasas de interés más bajas o plazos de pago más favorables.
Por otro lado, para el deudor principal, contar con un aval puede facilitar la obtención de crédito, especialmente si no cuenta con suficiente historial crediticio o garantías. El avalista respalda su capacidad de pago y asume la responsabilidad en caso de incumplimiento.
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Conclusión
En conclusión, un aval es una garantía utilizada en el ámbito financiero para respaldar el cumplimiento de una obligación económica. Cumple funciones importantes como garantizar el pago de una deuda, facilitar la obtención de crédito y mejorar las condiciones del préstamo.
Existen diferentes tipos de avales, como el aval personal, el aval bancario, el aval solidario y el aval técnico, cada uno con sus propias características y condiciones específicas.
El aval juega un papel fundamental en el ámbito financiero, ya que brinda seguridad y confianza a las partes involucradas en una transacción económica.