Elegir un crédito o préstamo puede ser una de las decisiones más importantes en la vida financiera de una persona. Uno de los elementos clave en esta elección es la tasa de interés, ya que de ella depende cuánto terminarás pagando en total.
Entre las opciones más comunes está la tasa de interés fija, una alternativa que ofrece estabilidad y claridad desde el primer día.
A continuación, te explicamos qué es, cómo funciona y en qué casos puede ser tu mejor opción 1.
¿Qué es una tasa de interés fija?
La tasa de interés fija es un porcentaje que se mantiene constante durante toda la vida del crédito.
Es decir, el monto de los intereses que pagas cada mes no cambiará, sin importar si suben o bajan las tasas del mercado.
Esto significa que, desde el inicio, sabes exactamente cuánto vas a pagar, lo que facilita la planeación financiera a mediano y largo plazo 2.
¿Cómo funciona?
Supongamos que contratas un crédito hipotecario con una tasa fija del 10% anual.
Eso quiere decir que, durante todo el tiempo que dure tu préstamo, ese será el porcentaje que se aplicará a tu saldo pendiente, sin variaciones.
Esta modalidad es diferente a la tasa variable, donde los intereses pueden subir o bajar según la inflación, la TIIE o las decisiones del Banco de México, cada cierto tiempo.
Con la tasa fija:
- Tus pagos mensuales serán constantes.
- No estarás expuesto a aumentos inesperados en tu mensualidad.
- Puedes calcular con precisión cuánto pagarás en total al final del plazo.
Tipos de tasa de interés fija
Aunque el concepto de tasa fija parece simple, existen variaciones dependiendo del tipo de crédito y la institución financiera:
- Fija pura: No cambia nunca durante el plazo del crédito.
- Fija escalonada: Se mantiene fija por periodos definidos, pero va aumentando en escalones previamente establecidos.
- Fija con pago creciente: La tasa es fija, pero los pagos aumentan ligeramente con el tiempo, lo cual puede ayudar a quienes esperan tener más ingresos en el futuro.
¿Fija o variable?
Elegir entre una tasa fija o variable depende de tu perfil financiero y del contexto económico.
Aquí algunas recomendaciones 3:
- Elige tasa fija si buscas estabilidad, tienes ingresos fijos o es tu primer crédito.
- Elige tasa variable si tienes tolerancia al riesgo, puedes absorber aumentos y esperas beneficiarte si las tasas bajan.
Conclusión
La tasa de interés fija es una excelente opción para quienes valoran la seguridad y la previsibilidad.
Aunque a veces puede ser ligeramente más alta que la tasa variable al inicio, te protege contra futuras subidas que podrían poner en riesgo tus finanzas personales.
La tasa fija no es para todos... ¿o sí?
¿Te conviene una tasa fija? ¿Y si luego baja el mercado?
Antes de firmar tu crédito hipotecario, consulta con un experto hipotecario de Compra Fácil. Ellos te ayudan a identificar qué tipo de tasa se adapta mejor a tus ingresos, metas y estilo de vida.
No es solo una tasa: es tu tranquilidad. Entiende bien tus opciones y elige con claridad. Porque una buena decisión hoy, vale oro mañana.
Referencias:
3 Cortés, J. G. (2018). Clasificación de los riesgos financieros. Mercados y negocios, (38), 123-136.
